En una de mis resurecciones
El fénix envidió mis pavesas.
Cubierto en lágrimas de amores abortados
Y la operante gana de tu no querer
Dudé si clavarme martir o caminar.
Alzado entre palabras
No era el joven Dante, ni tú la pura Beatriz,
Tenía otros errores
Y leprosos versos
Calzos de entrañas y vísceras,
Que hicieron de tu vuelta, la noticia fantoche del mes.
Inserté mi hígado sangrante junto al corazón
Monté mi ópera de dolor
Y me bebí las penas pendientes
Hasta desmantelar mi organismo de tus hormonas.
Aquellas que me ataron a la cruz,
Aquellas que me hicieron padre de mis mejores prosas,
Trayéndome en cuna de oro
A brazos que amé y hoy desecho al papel.
Monté mi ópera de dolor
Herí tu inseguridad
Malgasté mi poesía
Recordé el perfume
Y la maldita hora
Lloré tu cuello
Tajé mi pecho
Le di baja a tu soledad
Esa que ves, sientes y feliz te hace,
Tal como dice tu carta.
Monté mi ópera de dolor
Y descendí a tu círculo.
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